Mi cielo

Mientras estaba sentada en el autobús camino a casa,
mire que el cielo escaseaba de estrellas cuando sentía que sobraba gente en el mundo.
Me gusta mirar hacia arriba, imaginar que podría irme en cualquier momento antes de que todo termine como una de esas películas apocalípticas, donde el agua escasea y la cosecha muere.
El freno repentino de la guagua me bajo de golpe, la música popular  a todo volumen sin motivo alguno y el cobrador haciendo gimansia suicida en la puerta mientras cobra sus pendientes.
Hace calor, tanto tumulto no te deja respirar un buen aire, solo el olor de la calle, del cabello tostado y el sudor de la gente que ha trabajado todo un día para volver a sus casas y regresar a la monotonía el día siguiente.

Mis piernas estan acalambradas de mantenerme de pie, celando el pequeño espacio que me pertenece hasta que me baje de alli.

Finalmente, al llegar a mi parada, paso apretujada entre la multitud, arrastrando bolsos y rostros, viendo la salida como si fuera mi expiacion, y, cuando por fin mis pies tocan el suelo, la brisa nocturna me abraza, miro otra vez el cielo y sonrio... La luna esta llena, bailando elegantemente entre las nubes opacas, cierro los ojos, aun con la sonrisa en mi boca, deseando poder quedarme un tiempo mas asi, en el silencio que me rodea.